miércoles, 16 de abril de 2014

2.-AUNQUE ME DIGAS QUE NO...jaula de oro



Al día siguiente Jasper, Edward, Alice, Bella y Rosalie se encontraban en el estacionamiento de la escuela en cuanto vieron llegar un deportivo rojo reluciente, un auto que solo le podía pertenecer a una persona…Rosalie Hale.

-¡Rosalie!-gritaron Bella y Alice al unísono, Rosalie las ignoró bajando del auto sin voltear siquiera.

-Quizá no nos escuchó-trató de excusar Alice y ni siquiera ella podría creerse, Rosalie no estaba a más de dos metros, claro que los había escuchado.

-¡Rosalie Hale!-gritó de nuevo Bella ya bastante enojada, dando fuertes zancadas hacia la chica rubia.

-Bella, no lo hagas-le pidió Edward alcanzándola y abrazándola por la cintura.

-Edward-Bella se giró hacia él zafándose de su abrazo-necesito saber que pasa con ella, es nuestra amiga y no puede dejarnos así como así, como mínimo ella debe darnos una explicación.

Edward no pudo objetar en contra de eso, Rosalie era amiga de todos ellos, y más aún de las chicas, Bella era lo bastante valiente y fuerte para arreglar esa situación, la dejó ir.

Bella alcanzó a Rosalie con gran rapidez, la hizo girarse tomándola por el hombro.

-¿Puedes explicarme que diablos te pasa?-exigió la castaña.

-Bella por favor déjame en paz, no estoy de humor para hablar-respondió Rose con voz ronca y fue entonces cuando Bella la vio de verdad.

Los ojos estaban cubiertos por unos densos y grandes lentes negros, aún así unas enormes ojeras se asomaban por debajo de ellos, la piel de la chica era traslúcida, siempre había tenido una piel pálida y aperlada pero ahora parecía como muerta, y estaba mucho pero mucho más delgada.

-Rose…-susurró Bella con cautela.

-Por favor Isabella, ya dejen de llamar que no voy a contestar, no me busquen por que no hablaré con ustedes, y me enteré que tu y Alice se harán cargo del grupo de las porristas así que sigan así por que conmigo ya no van a contar, esta es la última vez que hablo contigo y espero no muevas más las cosas-y en ese momento Rosalie se dio media vuelta y siguió su camino hacia la escuela dejando así a Bella, congelada y atónita por las crueles palabras de Rose, ella no se hubiera imaginado nunca que su amistad terminaría así.

Bella se quedó allí de pie en medio del estacionamiento y no se movió hasta que sintió las manos de Edward sobre sus hombros.

Edward la empujó levemente hacia donde estaba el resto de los chicos, Bella iba caminando casi por reflejo.

-Oímos todo lo que te dijo, no necesitas explicarnos nada-dijo Alice en modo de consuelo, quien igualmente estaba abrazada de Jasper.

Bella asintió, tampoco tenía ganas de hablar.

-Bella, ¿no sería mejor si lo dejas así?-preguntó Edward sin prevenir la respuesta de su novia quien soltó a llorar hundiéndose en su pecho, ella casi nunca había llorado por nada y por nadie.

-No lloro por que no quiera ser nuestra amiga…-comenzó a decir ella en cuanto se despegó del pecho de él-me preocupa Edward, si la hubieras visto…estaba tan cambiada, no es solo un capricho, ella está mal y no nos dejará ayudarla.

-No te preocupes amor, yo te apoyaré en lo que sea-Edward la besó suavemente-si quieres todos podemos hablar con ella.

-No, si ella quiere estar sola la dejaremos un tiempo, lo intentaré después-dijo Bella limpiándose las mejillas húmedas.

-Parece que Emmett no piensa lo mismo-agregó Jasper señalando en dirección al enorme tipo de cabello rizado, siguiendo la pequeña silueta de Rosalie.

Bella de nuevo se quedó sin palabra e inmóvil, ¿Qué rayos le diría Emmett?

-¡Hey espera!-gritó el chico cuando estuvo lo bastante cerca para que ella pudiera oírlo.

Rosalie volteó al no reconocer la voz, abriendo los ojos como platos al ver a Emmett, y aún con los oscuros lentes pudo ver lo guapo que era él.

-¿Qué te sucede?-preguntó él preocupado mientras daba un paso más cerca de ella.

-¿Quién eres tú?-preguntó ella.

-Soy Emmett Swan y tú eres Rosalie Hale ¿no?-preguntó él dejando a Rose perpleja, no sabía que el hermano de su ex-amiga Bella fuera tan lindo, pero no podría ni debía hablar con el.

-Si soy yo, y si Bella te ha mandado para…-comenzó a rezongar Rosalie pero Emmett puso un dedo en sus labios haciéndola callar.

-Nadie me ha mandado a nada chica linda-dijo Emmett mirándola a los ojos o bueno viendo hacia los lentes.

-Me da igual, pero ¿Qué a que otra cosa vendrías?, no me conoces, y yo tampoco me muero por conocerte-dijo la chica cortante.

-Pero yo si quiero conocerte-y diciendo esto Emmett lentamente le quitó los lentes dejando sin barrera alguna sus miradas cruzar.

Rosalie supo inmediatamente lo que Emmett veía en sus ojos, miedo y desolación, el color de sus bonitos ojos ya estaba extinto, sabía perfectamente que él veía en sus ojos a alguien enfermo y triste, justo lo que ella luchaba por ocultar.

-¡Déjame en paz!-gritó Rosalie poniéndose los lentes de nuevo-No me interesa nada de ti-escupió entre dientes y salió corriendo en dirección al salón.

Emmett se quedó perplejo, esa chica si que se debía deprimida y enferma en el sentido más literal de la palabra, algo había percatado en los ojos de Rosalie, ella sufría y temía por algo.

A pesar de los rasgos desgastados de los ojos de Rosalie, y lo exageradamente pálida que estaba, él pudo ver en ella una belleza única, la fragilidad de su rostro, parecía una muñequita, Emmett no pudo evitar quererla y desear protegerla.

Emmett había ido tras ella por que había visto lo preocupada que había estado Bella por ella y la manera en que había tratado a su hermana no era para nada justo, él iba a reclamarle por eso pero ahora que la había visto tan débil y sensible, deseaba ayudarla en cualquiera que fuera su problema, más allá de los líos que pudiera tener con los demás.

-¡Emmett!-gritó Bella corriendo hacia su hermano, no sabía por que estaba más enojada si por la actitud de Rosalie o por que su hermano se hubiera metido en cosas que no eran de su incumbencia.

-Bella, antes de que me empieces a reclamar como se que lo haces debo decirte que me des una oportunidad de averiguar que pasa con ella, tienes razón al decir que ella no está bien, pero dudo que se lo diga a alguno de ustedes-

-¿Y que te hace pensar que te lo dirá a ti?-soltó Bella con una risa amarga.

-Pues realmente no lo se pero confía en mí por favor-le pidió su hermano.

-Confío en ti pero temo que no funcione-admitió ella.

-Funcionará-prometió Emmett antes de que todos fueran a sus respectivas clases.

Mientras tanto Rosalie no podía concentrarse para nada en la clase, sabía que eso de volver a la escuela era una mala idea, idea dada por parte de sus padres insistentes en que tuviera una vida relativamente normal hasta que hubiera mejores noticias.

Pero terminar su amistad con las chicas había sido lo más difícil de todo, pues sabía lo mucho que Bella y Alice la querían, lo mucho que habían hecho por ella y que ocultarles el secreto significaba tener que alearse de ellas.

En especial había algo que no había ni siquiera imaginado, ella no había contado con la presencia de Emmett Swan en la escuela, claro que sabía de su llegada pero ignoraba totalmente que fuera un estudiante más y mucho menos que la enfrentara, no podía evitar pensar en él, algo la llamaba, la forma en que hablaba y aquellos ojos que la hipnotizaban, si, fue solo un instante pero ¿Quién no había tenido un momento como ese?

Pero a pesar de lo mucho que le atraía Emmett no podría hablar con él ni mucho menos tener una relación de amistad o de alguna otra cosa, no podía estar con él ni con nadie más.

Aún recordaba como le habían dado la noticia que cambiaría todo.

Después de aquella fiesta a Rosalie le había dado un fuerte dolor en el estómago, todos creían que tan solo era algo que había comido pero la verdad era muy distinta.

-Rosalie tiene un tumor maligno cerca de la boca del estómago-había dicho el doctor dirigido a Carlisle y Esme pero Rose también estaba presente, fue la primera en estallar.

-¡Quítemelo doctor!-dijo desesperada Esme lloraba y Carlisle no sabía como actuar sin derrumbarse él también con la noticia.

-No podemos a menos que…-comenzó a decir el doctor, Rosalie lo interrumpió.

-¡Dígalo de una buena vez! Si es que tengo esperanzas o me voy a morir-la voz de Rosalie era tan fría como el hielo.

-Podremos extirparlo cuando se vea reducido y para eso tenemos que someterte a un tratamiento un poco agresivo y aún así no habrá garantías de nada-

-Haré lo que sea doctor pero no me quiero morir-aceptó Rosalie cabizbaja, imaginando lo difícil que sería aquello.

Y no estaba equivocada, el tratamiento la hacia pasar por dolores de cabeza imposibles de soportar, nauseas que la llevaban a vomitar, a tomar miles de pastillas, a no poder dormir, a verse desgastada, a no poder hacer esfuerzo alguno y mucho menos seguir en el equipo de las porristas.

Rosalie había pasado las peores etapas del tratamiento entre la casa y hospital, hasta que supo como controlar un poco el tratamiento o quizá su cuerpo ya estaba lo bastante acostumbrado a el, a pesar de que el tumor no se haya reducido lo suficiente como para poder sacarlo de su cuerpo.

Rosalie no quería que ni Bella ni Alice o nadie la viera así, no quería que se enteraran de nada y la única salida que vio fue cortar su amistad con ellas, el hecho de haber vuelto a la escuela había sido cosa de sus padres, diciendo que ella debía seguir sus estudios y que pronto las cosas se arreglarían aunque ella no deseaba para nada estar allí, ya lo había vivido esa misma mañana con Bella y su hermano Emmett.

Las clases terminaron y Rosalie se dirigió inmediatamente a su auto, pero frenó en seco al ver quien la esperaba en el.

-¿Puedes darme permiso?-gruñó Rose mientras intentaba abrirse paso para poder subir.

-Eso depende de ti-respondió esa voz que en tan poco tiempo se había vuelto lo único audible para ella.

-¿Depende de cuanta fuerza use contra ti?-preguntó Rosalie intentando rodear al enorme tipo frente a ella empujándolo en vano, las comisuras de Emmett se torcieron en una pequeña sonrisa al ver los débiles intentos de la pequeña Rose por moverlo aunque no lo movió ni un centímetro.

-Rosalie no me voy a mover de aquí hasta que aceptes salir conmigo y no voy a aceptar un no como respuesta-dijo Emmett de nuevo mirando a Rosalie a los ojos con la barrera de los lentes entre ellos dos.

-¿Por qué me molestas así? Solo llevas unos minutos de verme y me estas haciendo la vida imposible-se quejó la rubia.

-Pues por que en todos los días que llevo aquí no había visto a nadie tan hermosa como tú-ronroneó Emmett, Rosalie se estremeció ¡que poder para seducir tenía ese chico! Pero había algo mal en esa excusa, ella ya había perdido toda la belleza que alguna vez y no por vanidad había creído tener.

-Dime de verdad cual es la razón por la que me estás siguiendo, ¿Bella te mandó o que? Yo no soy hermosa, yo no soy especial por favor déjame en paz…-y la voz de Rosalie se quebró para terminar en sollozos, Emmett se sintió culpable, no quería que por su culpa ella sufriera.

-Lo siento-susurró Emmett haciéndose a un lado, Rosalie subió a su auto y se fue.

Emmett maldijo para sus adentros, ahora y a pesar de lo que había dicho Rosalie sobre el mínimo tiempo de haberla visto, esto se había vuelto algo más que saber o ayudarla con su problema, ahora él la quería…si, eso debía ser por que no había otra cosa que explicara el latido frenético de su corazón al verla o la fuerte punzada de dolor que sintió al verla llorar.

Unas pisadas lo sacaron de sus pensamientos, creyó que era su hermana para irse a casa pero nunca imaginó que fuera la molesta de Ángela.

-Emmett-decía ella mientras le tomaba la mano-Rosalie no te conviene-dijo Ángela fingiendo inocencia, aunque Emmett pudo distinguir con claridad el recelo con el que había mencionado a Rose.

-¿Por qué dices eso?-preguntó él extrañado-yo decidiré quien me conviene y quien no, tú no te debes de meter.

-¿Es que acaso no lo ves?, ella no te quiere, la he visto y si siente interés con alguien ella platica o da señales-Ángela hizo una pausa y lo miró a los ojos-y parece que contigo no quiere ni siquiera una amistad, en cambio yo…

-Ángela por favor, si ella siente o no interés por mi no debe por que afectarte, y para serte sincero tampoco quiero o tengo nada que ver contigo-respondió Emmett cortante y frío, él no era así pero Ángela parecía no entender.

-Piénsalo Emmett, un cuerpo así no debería desperdiciarse-dijo Ángela mientras recorría en pecho del pobre chico juguetona con la mano, Emmett la apartó de inmediato.
-No Ángela, ¡no quiero nada contigo!-y diciendo esto Emmett se fue, dejando a la chica emberrinchada, pero para desgracia de el chico Swan, ella no era de las que se daban por vencidas tan fácilmente.
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Alo0!! Bueno este cap me gusto por Emmett ojala todas nos encontráramos con algo así jajaja en fin espero les haya agradado y si quieren pueden seguir leyendo en el tercer cap “¿Por qué ahora?” deseo les guste atte. JessiYoce

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