jueves, 17 de abril de 2014

2.-ATRACCIÓN....amor empresarial


El ritmo normal en la oficina iba tomando forma, eran ya eran las 8 de la mañana cuando el dueño llegó.

-Buenos días Sr. y Sra. Cullen-saludó Ángela en tono casi adorador, como si Carlisle y Esme fueran sus héroes, bueno quizá lo fueran, al menos para ella.

-Buenos días querida, parece que tenemos nuevas visitas-respondió la mujer que estaba al lado de Carlisle quien solo asintió antes de despedirse de beso de su esposa y dirigirse a su oficina.

-Si señora, ella es Isabella Swan la nueva secretaría del joven Edward-respondió Ángela mientras que Bella se ponía de pie y estiraba la mano para saludar.

-Mucho gusto, soy Isabella y primero que nada quisiera agradecer la oportunidad-dijo Bella mientras que Esme estrechaba su mano amablemente.

-Denada chiquilla, no tienes nada que agradecer, solo espero que te acostumbres a Edward, él es un poco difícil-respondió la dulce Esme, con un poco de pena detrás de su sonrisa, Bella supo que quizá no todos los Cullen serían tan amables como los padres.

Frente a la recepción había un elevador por el cual habían entrado Carlisle y Esme y también por allí entraron los demás miembros de la familia, Jasper y Alice entraron tomados de la mano, Ella siempre sonreía, Jasper también lo hacía pero solo por que veía que su esposa feliz, ambos eran muy amables y también recibieron alegremente a Bella quien se relajó un poco más, la pequeña Alice le había impregnado mucha confianza tal y como había hecho Ángela más en la mañana.

Alice le avisó a Ángela que Emmett y Rosalie se habían ido a unas de esas vacaciones repentinas y que no vendrían en dos semanas, la recepcionista tomó nota para que por esas dos semanas el trabajo se repartiera entre el resto de la familia.

Bella estaba aburrida, ya eran las nueve y no había hecho nada aparte de mirar a Ángela hacer su trabajo de papeleo y llamadas entrando y saliendo, pues para quien iba a trabajar no llegaba, pero al menos ya sabía una característica de su jefe, él no era puntual.

Ángela le platicó a Bella sobre su vida de soltera viviendo en un departamento pequeño pero bonito dentro del corazón de la ciudad, de cómo había llegado a esa empresa y también acerca de las funciones para las que había sido contratada, ella recordó todo para no cometer ni un error.

También la invitó a su departamento esa tarde pues necesitaría ropa para los siguientes 15 días, Bella no aceptó muy convencida, su padre estaba enfermo y no quería dejarlo solo, pero necesitaba también de esa ropa, aceptó.

Bella también platicó sobre su vida con Ángela, a rasgos muy generales le contó sobre como su madre había muerto en el mismo asalto en el que dejaron inválido a su papá, de su vida sin trabajo muy fijo y de mal salario, y de que había tenido que hacer con tal de lograr el empleo.

Las dos se sintieron muy a gusto una con la otra, la platica era fluida y sin la mayor complicación, era como si se conocieran de años, sin duda ya se habían vuelto amigas.

-La verdad yo prefiero el café americano, me despierta por las mañanas-decía Ángela cuando de repente el timbre del elevador sonó anunciando que estaba próximo a abrirse, pero lo ignoraron.

-Yo prefiero el descafeinado, no tolero mucho la cafeína-admitió Bella encogiendo los hombros.

-Señoritas, me parece que ninguna de las dos esta cumpliendo con sus deberes-dijo una voz muy varonil y llena de un no se que muy atrayente.

Los ojos de Ángela y Bella se postraron rápidamente sobre aquél hombre perfecto, sus ojos verdes derretirían a cualquiera, su cabello color bronce alborotado por el aire era algo demasiado sexy para poderlo pasar por alto y sus labios, bueno eran una invitación a besarlo sin remedio.

-Lo sentimos joven Edward, es solo que entre las dos hemos acabado y esta ha sido una mañana muy tranquila-se excusó Ángela salvándolas a ambas.

-No se preocupe Ángela, pero que no sea muy seguido si no que clase de empresa seríamos ¿no cree?-dijo Edward con una sonrisa torcida, el corazón de Bella comenzó a latir más rápido.

-¿Quién es ella?-preguntó Edward señalando a Bella quien estaba como una hoja cuando él la miró.

-Permítame presentarme a mi misma, soy Isabella Swan su nueva secretaría según me parece-dijo Bella aparentando seguridad, aunque por dentro el estómago se le había caído a los pies.

-Mucho gusto, espero que sea una chica rápida-al ver que Bella dio un respingo ante sus palabras corrigió-me refería a que sea ágil con el papeleo y esas cosas, no piense mal por favor-pidió Edward entre risas, Bella se sonrojó ante sus propios pensamientos, pero hubo algo que no le gustó, la forma en la que él hablaba, su voz era encantadora pero la manera de expresarse lo hacía ver mayor de lo que en realidad era.

-Me instalaré en mi oficina, venga en 10 minutos y le explicaré lo que tiene que hacer-dijo Edward mientras se marchaba por el lujoso pasillo hasta llegar a una puerta a su derecha y entrar a ella.

Edward aventó su elegante portafolio sobre el sofá de cuero negro que había a uno de los lados de su oficina, Alice su hermana lo había decorado y sabía lo que le gustaba.

Por la mente de Edward solo rondaba la imagen de Isabella, le había parecido tan atractiva así como era sin todo ese rollo del maquillaje ni peinado.

Edward no debía pensar así de la que sería su secretaria, se moría de ganas de besarla en ese momento, pero era hombre de familia y no podía permitirse dejarse llevar por sus impulsos.

La única razón por la cual le había pedido esos diez minutos a Isabella era para poder controlarse, si no lo hacía no hubiera tardado en seducir a Isabella, no había chica que no cayera a sus pies pero el no se había fijado nunca en ninguna y justo ahora le pasaba esto.

Edward ni siquiera había mirado el reloj cuando unos toques a la puerta lo sacaron de su pequeña fantasía.

-Adelante-dijo el con voz solemne.

-Con permiso-dijo Bella antes de entrar por la puerta.

-¿Ya pasaron los diez minutos?-preguntó él esperando que la respuesta fuera “no” para que le pudiera decir que se esperara el tiempo faltante y saliera de allí antes de que su autocontrol flaqueara.

-Si, son exactos diez minutos tal y como pidió-respondió ella hablándole de usted, para Edward fue un alivio pues eso ayudaba a mantener la distancia.

-Mmm.....-ronroneó él –bueno tome asiento-dijo Edward mientras el se dirigía a su propia silla de oficina, la oficina era una replica a la de su padre, a excepción del ventanal, aquí era solo una pared más.

Bella no estaba por nada menos nerviosa, su cuerpo estaba reaccionando de forma traicionera y tenía razones de sobra para preocuparse, sin querer se inclinó sobre el escritorio en dirección a Edward sin poderle quitar la mirada de encima, en cuanto se dio cuenta de la manera en que su cuerpo se inclinaba se sentó derecha rápidamente, al parecer Edward no notó la pequeña maniobra de Bella.

“El es mi jefe nada más” se repetía ella una y otra vez para sus adentros tantas veces que apenas y escuchó las instrucciones que salían de los gruesos labios de Edward.

En cuanto él terminó de decirle sus funciones, ella asintió con nerviosismo, le iba a ser difícil convivir y estar tan cerca de él sin evitar desearlo, ella era muy tranquila pero la fuerza y varonilidad que emanaba Edward era muy difícil de resistir.

-Eso es todo Isabella, por favor ve con mi padre y dile que saldré, que volveré mañana para mi jornada completa

-Claro-ella dudó para preguntar-disculpe… ¿Qué haré yo si usted se va?
Edward soltó una risa nerviosa.

-Haga lo que tenga que hacer, le doy lo que queda del día libre-
Ella se mordió el labio nerviosa.

-No se preocupe no tendrá ningún problema, y también se le pagará el día completo-dijo Edward para tranquilizarla, lo que no sabía era que la pregunta de Bella era con otra intención, oculta pero allí estaba, ¿Qué haría ella ahí si el no estaba ahí para poderlo admirar?

Edward tomó su portafolio y salió de la oficina, Bella se quedó allí parada un poco de tiempo más, ahora lo vería hasta mañana, quizá fuera demasiado pronto para encapricharse con alguien pero ella no creía que ninguna chica fuera capaz de no caer en aquel encanto que parecía haber nacido junto con él.

Bella se dirigió a la oficina del ventanal y llamó a la puerta
, El Sr. Carlisle la hizo pasar y tras recibir el recado de su hijo movió la cabeza en señal de desacuerdo pero al igual que Edward la tranquilizó asegurándole que el problema no era con ella si no con Edward.

Bella volvió junto con Ángela quien estaba atendiendo una de las muchas llamadas en espera.

-Industrias Cullen buenas tardes ¿en que puedo servirle?-preguntó Ángela mientras que con la mano saludaba a Bella.

Ella mientras tanto esperó pacientemente hasta que Ángela cortó la llamada.

-¿Qué pasa Bella? Tienes una cara de perro regañado.

-No, es solo que Edward se fue-Bella no pudo evitar tutearlo aunque fuera con Ángela-me dio el día libre y ahora no tengo nada que hacer, además siento que no le caí muy bien a Edward-explicó Bella con un tanto de nostalgia.

-¿Por qué lo dices? ¿Te trató mal?-preguntó Ángela preocupada.

-No, él fue…amable, pero todo el tiempo estuvo tenso como si no se sintiera cómodo conmigo-admitió ella.

-Que extraño, él solo reacciona de esa forma cuando está nervioso-dijo Ángela tratando de atar cabos.

-¿Nervioso?-preguntó Bella pero no hubo tiempo para más charla, el teléfono volvió a sonar.

-Industrias Cullen buenas tardes ¿en que puedo servirle?-
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Alo0!! Bueno espero que les haya gustado este cap, ya empiezan las atracciones, XD jijiji bueno, espero que les vaya atrayendo la trama =) no olviden seguir esta historia con 3.-CONFIANZA atte. JessiYoce

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