martes, 16 de septiembre de 2014

5.- Un corazón roto


Miré sus ojos de nuevo y lo que pude ver en ellos no me tranquilizaba de ninguna manera, no ahora que la ilusión surgía en mi de nuevo. Solté su mano y me puse de pie.

-Dime que es lo que pasa, sé que no puedo exigirte nada pero entonces ¿Porqué me besaste?- en cuanto las palabras salieron de mi boca mi corazón dio un vuelco por que sabía que la respuesta podría echar todo abajo.

-Mía yo...te amo, sé que es muy pronto pero sabes que no he dejado de quererte desde que estudiábamos juntos y ahora, escuchar tu voz a diario, leer tus mensajes...yo bueno...-

No contesté, ¡Él me amaba! en ese momento me hubiera lanzado a sus brazos a no ser que el continuó hablando.

-Te amo, pero no puedo amarte...tengo novia y me duele en el alma tener que decírtelo hasta ahorita pero si te lo decía antes, no me hubieras dejado besarte-

Y entonces estallé.

-¡Por supuesto que no te hubiera dejado!-grité-¿Cómo puedes decirme que me amas, besarme y luego decirme que tienes novia?-mi corazón simplemente no podía resistirlo-ya habías jugado conmigo antes y ahora de nuevo soy tu segunda opción, ¡te odio Leonardo!.

Corrí, corrí lo más fuerte que pude, Leonardo corría gritando detrás mío pero corrí aún más fuerte, no quería verlo pues los recuerdos habían llegado para clavarse como alfileres y recordarme aquello que había guardado en un cajón que se había abierto el día de hoy.

Leonardo había sido mi primer amigo en la escuela cuando estábamos estudiando juntos, en el primer momento en el que lo traté supe que sería especial para mí pero nunca fui especialmente su prioridad, Lorena me lo decía, ella y otras más, me decían que no me encariñara con él pues se acercaba a mí tan solo cuando necesitaba algo, pero yo me negaba a escuchar.

Poco a poco lo fui queriendo y el parecía en momentos corresponder a aquellos sentimientos que crecían con fuerza dentro de mí, ilusionarme había sido mi mayor error.

Leonardo de un día para otro tuvo una novia con la cual pasaba tiempo delante de mí, yo fingía estar feliz por él pues no tenía razón para decirle nada, pero aún a pesar de eso Leonardo nunca marcó distancia conmigo, el punto es que a pesar de todo yo nunca había dejarlo de quererlo y ahora cuando por fin había aceptado mi amor por él, me había roto el corazón.

Seguí corriendo, mi respiración era agitada pero no me detuve hasta que estuve segura de que lo había perdido de vista, no quería ir a casa, no aún, así que aunque no sabía exactamente donde estaba me senté en la banqueta y comencé a llorar, esa fue la única respuesta que pude encontrar en ese momento.

Dejé a mi celular sonar y sonar, supuse que era él así que traté de ignorar ese timbrado, hasta que escuché llegar un par de mensajes, bien mi lado masoquista no pudo evitar leerlos.

"¿Donde estás? No quiero que te pase nada, por favor déjame explicarte, te amo y quiero que me dejes demostrártelo"

"Tan siquiera dime si estás bien, me preocupa que pueda pasarte algo, pequeña te amo"

"Amiga, ¿dónde estás? Leonardo tuvo que decirme algo de lo que pasó y te juro que lo voy a matar pero no quiero que te pase nada, dime donde estás e iré por ti, no me importa salir de la escuela" 

Pensé en apagar el celular, pero Lorena no se merecía esto y yo necesitaba de ella, así que fue a ella a quien si respondí el mensaje.

"Tomaré un taxi que me lleve al kiosko que está por tu casa, allí estaré"

Escribí un mensaje más.

"No quiero volver a verte, no cuando me usas de esa manera y juegas así con mis sentimientos, por favor desaparece de mi vida, no me lastimes más"

Antes de recibir respuesta, tomé un taxi y le pedí que me llevara cerca de la casa de mi amiga, el chofer, un amable señor de unos cincuenta y tantos, me preguntó si estaba bien, le aseguré que no tenía de que preocuparse, y aunque no pareció estar convencido por completo pero al menos no hizo más preguntas.

Llegamos y Lorena aún no estaba, era lógico, tendría que buscar la forma para salir de la escuela y además del tiempo que tardaría en llegar.

Revisé el celular, dos mensajes más me esperaban.

"Ya voooooy, espérame 5 minutos más" 

Y el siguiente, el que no pude evitar leer.

"No voy a desaparecer de tu vida sin que me escuches pequeña, voy a insistir hasta que aceptes hablar conmigo"

-Amiga, te juro que ese...ese...tipo nunca va a volver a acercarse a ti-Lorena había llegado más rápido de lo que creí, terminando así por quebrar lo poco que quedaba en mí.

Lloré y lloré, me sentí totalmente estúpida por haberme dejado llevar, por haberme enamorado de alguien que solo me había utilizado, lo supe pero no quise hacer caso, y como siempre, terminé lastimada.

Lorena tomó su celular y comenzó a hablar.

"Sólo te advierto algo, ella estaba sensible, ella necesitaba apoyo, la ilusionaste y luego sin más le rompes el corazón, ni se te ocurra acercarte por que te prometo que te vas a arrepentir..." las amenazas de mi amiga continuaron un poco más y yo opté por no escuchar, estaba confundida por que a pesar de todo, el amor que sentía por él no se iría de un momento a otro, a pesar del dolor que significaba llevaría consigo.

-No quiero que hagas nada, por que no volverá a pasar nada-logré decir cuando mi voz decidió tomar un poco de claridad.

El resto de la tarde la pasé intentando no llorar, ya después me preocuparía de la escuela de lo cual Lorena me había asegurado tenía todo cubierto, llegué a casa a buena hora para tomar un baño antes de que papá llegara del trabajo, detestaba no verlo pero tampoco quería que se preocupara por algo tan vergonzoso como haber sido utilizada por un chico.

El teléfono de la casa sonó y contesté pensando que podría ser del trabajo de mi padre, estaba equivocada.

-¿Bueno?-

-No cuelgues, por favor, por que volveré a marcar y si el que me contesta es tu padre le explicaré todo, iré a tu casa y...-

-Cállate, no te voy a colgar pero después de todo ¿te sientes con el derecho de amenazarme?, por favor ¿qué tan difícil es que te desaparezcas de mi vida? Ve con tu novia y bésala a ella, dile que la amas-no pude continuar, la voz se me quebró otra vez.

-No llores por favor, pequeña sabes que eso me duele, sé que te lastimé pero te prometo que voy a dejarla, no la amo a ella, te amo a ti, por favor...acepta verme de nuevo, déjame demostrarte que podemos estar juntos-

-No quiero verte, no quiero nada de ti, por favor has como si nunca hubiéramos hablado de nuevo y déjame en paz-sentencié.

-Iré a verte en este momento-

-¡No!, no quiero que mi papá te vea, no quiero que en mi casa esté una persona tan cruel como tú, te veré el sábado en la plaza pero te advierto que no cambiará nada de lo que te dije, y mientras tanto no se te ocurra llamar-

-No me has dicho a que hora-

-Llegaré cuando yo quiera y si tanto quieres hablar conmigo, espera todo el día-la verdad esa no era la verdadera yo, pero el coraje dentro de mí me hizo estallar en un fuerte enojo, que desapareció tan rápido como llegó, suspiré-te veo al mediodía-después de eso colgué.

Los días después de esa llamada, pasaron haciéndose eternos y torturosos, yo por una parte no quería enfrentarlo pero por otro tenía que hacerlo para que Leonardo me dejara en paz y aunque deseaba negarlo...una mínima parte en mi corazón realmente deseaba verlo.

Sus labios contra los míos, el dulce calor de su mano cubriendo la mía...y por supuesto, mi corazón roto.

---------------------------------------------------------------------------------------

Gracias por haber leído, espero te haya gustado :D 

No hay comentarios: