miércoles, 25 de julio de 2012

8.-CAMBIOS...mi amado enemigo



POV BELLA

Estaba segura que Edward iría a dañar a mi padre y yo estaba dispuesta a dejarle las cosas sencillas, por mi último fallido intento me di cuenta que mucho o poco, él sabía lo necesario para reponerme de una simple deshidratación, así que si quería causarle problemas y salir de allí para que me llevara directo a un hospital debería hacer algo más radical.

Edward había olvidado un vaso de vidrio donde había puesto el suero la última vez que estuvo aquí, no había nada más de donde valerme así que tomé el vaso y lo tiré al suelo, este se rompió en cientos de pedacitos, tomé el más grande y lo acerqué a mis muñecas.

Quizá fuera muy teatral pero a estas alturas no cabía espacio en mi mente para ser más imaginativa, tomé el pedazo de cristal e hice el primer corte.

“Maldición” pensé cuando oí y sentí como el cristal rasgaba mi piel, dolía hasta los mil demonios, pero aún la sangre no comenzaba a fluir, corté una vez más.

Esta vez si fue efectiva, la sangre no salía despavorida como un chorro sangriento pero a esta velocidad no tardaría en perder el conocimiento si me distraía y me dejaba llevar por la inconciencia, pero para hacer el proceso más rápido corté una vez mas, pero esta vez en la otra muñeca, tuve cuidado en cortar profundo de una sola vez, no valía la pena que doliera igual si lo tenía que repetir más veces en busca de sangre.

Hasta ese momento no me había puesto a pensar que mi tolerancia a la sangre era nula, la combinación de dolor, color y olor me cobraba la factura, incluso si no hubiera sido mi propia sangre podía haber tenido el mismo efecto, pero ya no podía echarme para atrás, si Edward volvía y me veía en estas condiciones no tardaría en cortar la hemorragia, en cambio si la sangre seguía su rumbo fuera de mis venas, yo perdería sangre y dudaba mucho que él tuviera un banco de sangre en esa cabaña.

Pero los efectos de la sangre en mí ganaban puntos y espacio, no pude más, pude sentir en el momento en que mi cuerpo parecía desaparecer por debajo de mi cabeza, como las fuerzas me abandonaban y como aún cuando no era mucho lo que llevaba sangrando yo perdía la lucha contra la oscuridad.

Lo último que oí y sentí fue un duro golpe de mi cabeza contra algo duro, pero al fin de cuentas lo había logrado, tendría que salir de aquí…

…negro y silencioso, ¿Dónde estaba?, Edward había llegado tarde y yo me había muerto, si, eso era lo más lógico, pobre Charlie, tan solo esperaba que mi secuestro le hubiera ayudado a darme por muerto, no quería que sufriera pero tampoco estaba dispuesta a no hacer nada, mi madre Reneé si que sufriría.

¿Edward montaría una escena del crimen que no lo inculpara a él o me enterraría en medio del bosque?, no lo sabía, pero al menos lo había intentado, mi muerte sería un pequeño revés en su “crimen perfecto”, al final yo había ganado.
La oscuridad me impidió pensar nada más, ahora mis pensamientos eran como nubes llevadas por el viento sin rumbo ni forma fija, no podía recordar quien era yo, todo aquello que supuse debía saber había desaparecido, me asustaba la sensación de pérdida, de saber que yo debía hacer algo, que yo estaba allí en ese limbo negro por alguna razón, pero que por un instante de oscuridad había perdido recuerdo u objetivo alguno.

Ahora después de otro silencio se podía oír un pequeño y agudo pitido, con un ritmo prácticamente regular, no podía decir que era, pero podía asegurar que no estaba allí antes, ¿Qué podría ser?.

-¿Por qué lo hiciste?-escuché que decía una voz melodiosa, un ángel, de seguro sería eso, pero ¿Qué era lo que yo había hecho? Quería preguntarle a esa voz pero no podía, quise que esa melodiosa y perfecta voz me hablara más, pero después de esas cuatro palabras hubo otro espacio lleno de “bips”.

Entonces una punzada de fuerza y voluntad me empujó a abrir los ojos.

Lo primero que vi fue una luz cegadora, después todo se fue aclarando, aparatos, colores azul y verde agua, las máquinas marcando mis latidos del corazón, no podía recordar quien era yo pero supe que estaba viva, y también supe que estaba en un hospital.

Volteé a mi alrededor en busca de alguien que me dijera por que estaba aquí, o incluso esperaba encontrar a mi ángel, aquel que me había hablado, entonces lo vi…

-¿Quién eres?-me impulsé a preguntar en cuanto me aseguré que tendría la voz para hacerlo, él estaba a punto de salir de la habitación, quien quiera que fuera me daría una explicación.

Él volteó a verme sorprendido pero a la vez con una chispa de confusión y temor en su rostro, a pesar de eso me contestó con seguridad.

-Soy tu novio-respondió sereno, dí un respingo, esa era la voz de mi ángel, y ahora lo veía en frente de mí, debía estar loca, él era muy guapo, incluso hermoso y perfecto pero tres palabras me habían hecho dudar de él “Soy tu novio”, ángel o no, un ser así no debería estar conmigo, me negué a creer su afirmación.

-Eso no es verdad-rezongué, él se puso tenso y otra pausa me separó de nuevo de esa voz que fuera real o no yo quería volver a escuchar.

POV EDWARD

Ahora si todo se vendría abajo, aquí en el hospital yo no podría drogarla o amenazarla para que no dijera nada de mí ni de su secuestro, “Eso no es verdad”, ella no se había tragado eso de que yo era su novio, yo no tendría tanta suerte, aún así decidí alargar un poco mi última oportunidad y le pregunté.

-¿Por qué dices eso?-dije cada palabra como si yo mismo creyera mi mentira y me doliera que ella me dijera eso, más me valía actuar bien.

-Por que yo no soy la clase de chica con la que deberías estar-me dijo como si eso fuera lo más obvio del mundo, me intrigó su respuesta pero la mayor parte de mí suspiraba de alivio por saber que eso era a lo que ella se refería y no por que me reconociera de verdad, dadas las circunstancias mi mentira seguía en pie.

-¿Y que clase de chica eres tú?-le pregunté matando dos pájaros de un tiro, así podría distraerla y además sabría como se consideraba ella ahora para poder hacerle creer que realmente la quería y ella confiara en mí sin más.

-Pues no soy una supermodelo, y además no tengo nada especial-dijo suspirando.

Yo sabía que iba a lamentar esto, pero era mi única salida, debía hacerla creer que podía confiar en mí para poderla manejar a mi manera hasta que recobrara la memoria o hasta que yo le pudiera decir la verdad, me lamenté su locura, si ella hubiera esperado un poco más ahora estaría libre y mi hermano estaría un paso más cerca de la libertad, pero ahora las cosas habían cambiado y habría que esperar un poco más.

-Pero algo tendrás o no estaría enamorado así de ti-dije acercándome a ella, le sonreí, ella me miró sorprendida y el sonido de los latidos de su corazón delataron que yo era más que bueno en esto de la actuación.

Ella no dijo nada, pero yo la tomé de la mano y se la besé, debía admitirlo y darle un punto a su favor, Isabella era muy guapa, aún bajo esa bata de ese feo color azul, su rostro tenía una chispa de luz.

-Vamos amor, ¿acaso ya no me quieres?-le pregunté, me estaba desesperando de tanto silencio.

-Es difícil hacerme a la idea, no te recuerdo-dijo sonrojándose, ¿acaso no podía creer mis palabras y ya?

-Tranquila, por ahora lo que importa es que te recuperes-me acerqué y dejé mi rostro a unos cuantos centímetros del de ella-y querida por favor no fuerces tu memoria-le pedí con tal delicadeza que casi yo mismo caía en mi mentira.

Me levanté y caminé hacia la puerta, no le dije nada más, yo ya había hecho lo necesario, debía esperar a que el pez cayera en mi anzuelo.

-¡Espera!-gritó y yo sonreí aún dándole la espalda, pobre chica al intentar escapar había logrado caer aún más en mis redes.

Me giré hacia ella aún con la sonrisa dibujada en el rostro y ella levantó su mano y palmeó un pequeño espacio en la orilla de su cama con la intención de que me acercara y así lo hice.
-¿Por qué te vas?-preguntó tratando de aparentar indiferencia, pero en el tiempo en que la había seguido había llegado a descubrir que no era muy buena mintiendo, tanto su voz como su cuerpo la traicionaban, ella realmente me había creído y de eso no había duda, la forma en que se sonrojó y apretó mi mano al preguntar demostraban que realmente le importaba mi ausencia.

-Por que tienes que descansar y yo tengo que volver a casa para que todo esté listo para cuando salgas de aquí-le contesté, realmente tendría que ir a limpiar la sangre, los cristales y todas las cosas tiradas durante su desesperación, también aprovecharía para despejar un poco la mente y planear lo que haría después.

-Pero no quiero que te vayas-se mordió el labio-además tienes que responder algunas de mis preguntas-agregó.

-¿Si? ¿Cuáles?-

-Pues para comenzar nuestros nombres, tú dices que somos novios pero yo ni siquiera se como te llamas-dijo mirándome fijamente, como si estuviera buscando algo en mi mirada.

-Tú eres Isa…Lucy y yo soy Joseph-respondí olvidando que aquí había usado nombres falsos, “bravo Edward” me dije a mi mismo sarcásticamente, ¿ahora como le explicaría eso?, deseé que ella no se hubiera dado cuenta.

-Ibas a decir otra cosa, ¿no estas seguro de cómo nos llamamos?-preguntó desconfiada, “piensa Edward”, rayos, no podía cometer esta clase de errores.

-Bueno tu otro nombre es Isabella pero aquí te registré bajo el nombre de Lucy, estaba nervioso cuando te traje al hospital y no lo pensé, además ahora en tus condiciones será más fácil para ti que te llamen de una sola forma y no confundirte así que no le digas a la enfermera que también eres Isabella o la confundirás, por ahora Lucy esta bien-le expliqué con tal seguridad que podría haber convencido a cualquiera, incluyendo a Isabella.

-Esta bien Joseph-dijo ella y yo no reaccioné ante mi supuesto nombre, de nuevo había tenido un desliz.

-Lo siento, es que la mayoría me llaman Edward, solo utilizo Joseph para asuntos oficiales-me excusé, pero como aún no la vi muy convencida continué-siento enredarte de esta manera pero al verte en esas condiciones me bloqueé, no pensé en que te afectara que usara nuestros segundos nombres-me disculpé aparentando estar avergonzado.

-No es eso-me palmeó la mano-es solo que…estoy tan confundida, pero no te preocupes, me faltará memoria pero no soy tonta, Lucy y Joseph-sonrió en complicidad-al menos hasta que yo salga de aquí.

-Muy bien cielo, y ahora de verdad tienes que descansar, has perdido mucha sangre, además que el doctor solo me ha dado permiso de verte poco tiempo y ya sobrepasé el límite, así que duerme y yo estaré aquí cuando despiertes-
-¿Pérdida de sangre?, solo quiero una respuesta más ¿Qué me paso? ¿Por qué estoy aquí?-preguntó angustiada, parecía que la sangre y ella no congeniaban mucho.

-Si, y eso es algo de lo que debemos hablar, yo salí a hacer unas compras y cuando te volví te encontré con cortadas en las muñecas y un golpe en la cabeza, supongo que te golpeaste al desmayarte pero no comprendo ¿Qué te inclinó a hacer tal cosa?-le pregunté “preocupado”.

-¿Cómo me preguntas eso?, sabes que no recuerdo nada-dijo un poco irritada, sabía que él tema lo dejaría allí al menos por ahora, era momento de marcharme.

-Lucy, me tengo que ir y dormirás quieras o no-le dije con dulzura mientras oprimía el botón que llamaba a la enfermera.

-Pero no quiero-

-¿Dormir?-

-No, lo que no quiero es que te vayas-me dijo sonrojándose otra vez.

-Volveré-respondí y besé su mejilla, por el rabillo del ojo vi como ella estiraba los labios, pero aún no estaba listo para eso, no quería cruzar esa línea, quien jugaba con fuego terminaba quemado y yo estaba muy cerca de terminar calcinado.

POV BELLA

Aún no tenía claras las cosas, pensé que él me besaría pero no lo había hecho, él me había dicho que estaba enamorado de mí pero se había ido, no lo entendía.

No tuve el tiempo suficiente para estar a solas y pensar claramente las cosas, minutos después de que Joseph se fuera la enfermera entró a mi habitación con una amable sonrisa para mí y una jeringa en el bolsillo.

-¿Cómo te sientes querida?-me preguntó mientras revisaba los aparatos a mi alrededor y anotaba en la tabla que supuse estaba al pie de la cama.

-Pues bien, pero cansada creo-respondí no muy convencida, él había tenido razón, necesitaba descansar, además así el tiempo se pasaría rápidamente y cuando despertara allí estaría él, no podía creer que pudiera relacionarme con alguien así, increíble pero así era.

La enfermera tomó la jeringa e inyectó el líquido en el suero conectado a mi brazo, me pregunté como era que sabía que querría dormir pero el sueño me venció antes de poder llegar a una respuesta.

-¿Lucy?-oí de nuevo su voz, mi cuerpo lo sentía flácido pero con mucho esfuerzo pude abrir los ojos y allí estaba tal y como había dicho.

-Hola-contesté aún atontada por el zomnífero.

-¿Qué tal dormiste?-preguntó.

-Bien, pero ahora me siento mareada-

-Debe ser todo el tiempo en que dormiste, pero eso estuvo bastante bien, ¿adivina que?-bromeó.

-¿Qué?-respondí sin mucho humor, me sentí grosera ante su ánimo pero no me sentía bien.

-Hoy mismo te darán de alta-me contestó sin dejar de sonreír.

-Pero ¿A dónde iré?-pregunté, yo no había recordado ni mi nombre y mucho menos tenía ni la remota idea del lugar donde vivía.

-Conmigo por supuesto-contestó sonriendo aún más, era imposible que mi presencia en su casa lo alegrara de tal manera pero su sonrisa era tan auténtica.

-Tu y yo ¿vivíamos juntos antes de esto?-pregunté con curiosidad, no podía imaginar ver a diario su rostro al despertar a mi lado.

-Si, unos cuantos meses-dijo sin dudar-el doctor te ha dado la salida con la condición que no te quites los vendajes en unos cuantos días, de allí en fuera solo hay un poco de medicamento y ya-agregó cambiando radicalmente de tema.

-Bueno, ya no puedo esperar a salir de aquí, los hospitales son tan asfixiantes, me hacen sentir secuestrada-le dije y el se rió, como si le hubiera contado un buen chiste, fruncí el ceño ¿Por qué se reía de eso?.




-Bienvenida a nuestra casa-me dijo en cuanto cruzamos el umbral de la puerta, era una cabaña de tamaño regular decorada de forma moderna por dentro, me agradaba no tener a la cuidad alrededor, solo él y yo, nada más.

-Gracias-hice una pausa-¿ya te puedo decir Edward?-pregunté.

-Claro, pero ¿Qué tiene de malo Joseph?-preguntó con curiosidad.

-No me gusta, se que quizá no tenga mucho sentido pero Edward me gusta más-

-Y yo te diré Isabella, si jugamos a cambiar de nombre-me sonrió mientras me guiaba hacia el sofá.

-Dime Bella-protesté.

-¿Por qué?-

-Suena mejor y además te ahorras tres letras-bromeé.

Edward se sentó junto conmigo en el sofá, si éramos novios podía acurrucarme en él así que así lo hice, al principio él se tensó pero después me acercó a él con ternura.

Aprovechando mi posición estaba dispuesta a probar de nuevo si él no me besaba por alguna razón, así que me acerqué un poco más a él y viéndolo a los ojos le pregunté.

-¿Por qué no me besas?-pregunté sin rodeos, pero no fueron palabras lo que recibí en respuesta, Edward me acercó tomando mi cintura y aplastó sus labios con los míos, no pude resistirme, quería más y más, no podía dejar que se apartara, no me importó la razón por lo que lo hacía, la forma en que nuestras bocas se movían parecían incitar a nuestros cuerpos, pues Edward me fue empujando poco a poco hasta quedar recostada en el sofá, yo no sabía si había hecho esto antes pero empecé a dejarme llevar, pero él se detuvo.

-Esto no puede pasar-dijo para sí mismo aunque lo suficientemente fuerte para que yo pudiera escuchar.

-¿Por qué no?-pregunté agitada, nada tenía sentido.

-Por que me estoy traicionando a mi mismo, lo siento Bella, puedes hacer lo que quieras aquí, yo necesito estar a solas un momento-dijo para después levantarse del sofá y caminar hacia fuera de la cabaña en dirección al bosque.

Esto era un enredo de primera, ¿traicionándose a si mismo?, yo dudaba seriamente que en estos meses de vivir juntos según él no hubiéramos hecho nada más que abrazarnos, ¿acaso mi accidente lo había hecho reconsiderar las cosas?

Edward me debía muchas explicaciones, algo me decía que él no estaba siendo sincero conmigo, pero por otra parte quería que volviera, aún podía sentir su sabor en mis labios y me negaba a aceptar que quizá ese beso fuera el último…
________________________________

Alo0!! Bueno ¿Qué tal?, quizá no haya tenido mucha emoción pero prometo que en los siguientes capítulos o más bien espero que les pueda agregar más emoción, bueno gracias por haber leído y como siempre un abrazo, creo que no me tardé mucho para este cap que creo quedó un poquitín más largo, espero que pronto pueda traerles el otro, gracias de verdad y ya saben que los coments siempre son bien recibidos *-*, atte. YoceCullen

No hay comentarios: