miércoles, 4 de julio de 2012

4.-ALFOMBRA ROJA....minific


El teléfono sonó de nuevo.

-Ángela ¿viste lo que pasó?-pregunté sin molestarme en preguntar quien era.

-No soy Ángela, lo siento-se disculpó esa voz que no sacaba de mi mente.

-¿Edward?-pregunté con temor a estar alucinando.

-Si soy yo, y espero no te haya molestado la decisión que tomé para protegerte-se disculpó.

-¿Protegerme?-

-Si, de los reporteros, me dio la impresión que no te gusta llamar la atención y sospeché que ellos no cumplirían con su promesa de no molestarte-explicó.

-Gracias por explicármelo más pero me refería a que ¿Por qué a mí?, bien podrías zafarte de esto y dejar que yo me hundiera sola-

-No dejaría que pasara eso, y pues sinceramente no podía dejar que te afectara el mundo al que formo parte-

-Gracias de verdad, supongo que ahora si no sabremos uno del otro-dije más bajo de lo normal, me asustaba saber que no hablaría más con él, no podía negarlo quería conocerlo más.

-Bueno…eso supongo-admitió, me entristecí pero me distraje con otra cosa.

-¡Espera!-grité-¡Ay! Perdón espero no haberte lastimado el oído-reí nerviosa-¿puedo preguntarte algo y no lo tomarías como un mal agradecimiento?

-Pregunta lo que quieras, no te lo tomaré a mal, lo prometo-

-¿Cómo supiste mi nombre, donde vivo y mi número?-pregunté dándome cuenta de que cualquiera podría saber mi dirección.

-Ahora soy yo quien pido que no te enojes-me pidió.

-No me enojaré si me dices la verdad-prometí.

-De acuerdo-suspiró-mandé a que te siguieran y averiguaran tus datos para poder mandar al abogado con esa orden de restricción, hubiera ido yo personalmente pero creo que eso no te hubiera ayudado-me explicó y me sentí triste, hubiera sido lindo verlo de nuevo.

-Bueno, gracias de nuevo y adiós-

-Adiós-dijo y colgué, no quería alargar la despedida.

Edward se había portado tan lindo al tomarse tantas molestias por cuidarme, ahora si o si la prensa me dejaría en paz y el asunto de la alfombra roja quedaría en el pasado.

El tiempo pasó y aunque al principio mis compañeros me atosigaban con preguntas, eso dejó de pasar después de varias semanas, incluso Ángela dejó el tema por completo, pero yo no olvidaba ni un solo detalle, pasaba los días pensando en su rostro, la forma en que sus ojos se conectaban con los míos.

Un sábado Charlie había tenido que ir a apoyar a otra comisaría con la búsqueda de una pequeña niña desaparecida y se había ido temprano, el día estaba lluvioso y decidí no salir, quizá leería algo o le escribiría a mi madre.

Recién comenzaba a encenderse la computadora cuando oí que tocaban el timbre, tal vez Charlie había olvidado algo incluyendo las llaves.

Bajé las escaleras rápidamente y abrí de golpe.

Me quedé paralizada al ver quien estaba ahí, era como si no fuera real pero me di cuenta que lo era cuando habló.

-Hola-saludó y yo no pude contestar, se me había hecho un nudo en la garganta.

-Siento haber venido pero es que necesito hablar contigo-continuó diciendo al ver que ninguna palabra salía de mí.

-¿Hablar conmigo?-logré preguntar al fin, ¿De qué querría hablar?

-Bueno… ¿puedo pasar?-preguntó sonriendo, no me había dado cuenta hasta ese momento que estaba lloviendo y él se estaba empapando mientras yo me quedaba atónita, así que asentí y lo dejé pasar.

-Lo siento, no me había dado cuenta de que te estabas mojando-me disculpé.

-Tranquila, no pasa nada-me dijo tan dulcemente que tuve cambiar de tema para no perder el hilo de mis pensamientos.

-Si quieres dame tu chaqueta, puedo ponerla en la secadora mientras hablamos-le propuse y él comenzó a quitársela dejándose su playera ceñida a su cuerpo, me di cuenta que precisamente eso era lo que no quería por que en ese instante perdí la noción de todo.

-Gracias, espero no causarte problemas-dijo mientras me tendía la chaqueta.

-No es ningún problema-y me di la media vuelta para poner su chaqueta empapada en la secadora, me di un momento para respirar, había deseado volver a ver a Edward pero no esperaba esto, ahora me acobardaba y no tenía ni idea de que querría hablar.

Regresé a la sala donde estaba Edward, estaba nerviosa pero aún así me senté a su lado.

-Bella, creo que es hora de decirte por que vine-convino y asentí.

-Vine por que a pesar de que se que no te gusto-hizo una pausa-tú a mí si y quería volver a verte-explicó.

-Yo…-comencé a decir pero no encontraba la manera de responder, era como un buen sueño, de esos de los que no quieres despertar.

-No tienes que decir nada, era solo que tenía que decírtelo, desde la última vez que hablamos no pude sacarte de mi mente, pensé en dejarte en paz como te prometí para que no tuvieras líos pero no pude-admitió.

Edward había mal entendido mi silencio, mal que no él también me gustaba, no era como amor a primera vista y quererme casar con él después de un día de conocernos, pero deseaba salir con él, hablar y descubrir a ese chico que me atraía tanto.

-Edward, tú también me gustas-listo ya lo había dicho.

Sus ojos se abrieron sorprendidos, ¿no debería estar acostumbrado a gustarle a las chicas?

-Bella…yo…-comenzó a decir Edward y pude descifrar la intención de sus ojos, yo también quería besarlo pero ya me había pasado alguna vez, un beso y luego aquí no ha pasado nada, no quería ilusionarme con alguien y después quedarme a pegar los pedazos de mi corazón, así que lo detuve.

-No Edward-le pedí.

-Lo siento, no quiero presionarte-se disculpó.

-No es eso, es solo que quiero conocerte más-expliqué y pareció comprender.

Y fue así como comenzamos a charlar acerca de nuestras vidas, la suya a pesar de tener lujos tenía limitaciones, como poder conocer realmente a las personas y hacer lo que quiera sin tener que esconderse de los reporteros y cosas por el estilo.

Mientras que la mía era sobre como mi diferente forma de pensar me había cerrado las puertas con los chicos y con amistades, Edward escuchaba atentamente mi historia como yo escuchaba la suya.

-Y bien, ¿quisieras ir al cine mañana?-me preguntó con esa sonrisa a la que yo no renunciaría por nada.

-Claro pero ¿veremos tu nueva película?-bromeé.

Él rió entre dientes.

-Te prometo que será otra menos esa-volvió a reír.

Entonces me di cuenta de que no era algo sencillo salir así como así, Edward era famoso y no íbamos a pasar desapercibidos.

-¿Crees que realmente podamos salir?-pregunté.

-¿Por qué otra razón no sería así?-

-Bueno, tú…-resoplé-no creo que las chicas pasen por alto tu presencia-

-Ese no será problema por que a la única chica a la que veré eres tú-dijo él mirándome con aquellos ojos que me hacían aceptar cualquier cosa.

-Agradezco tus intenciones pero esto te afectará, ¿recuerdas que pasó la última vez? Y ni siquiera había pasado nada, ahora imagínate si nos ven salir juntos-odiaba ser tan pesimista pero debía asegurarme que él estuviera enterado de lo que significaba invitar a alguien como yo a salir.

-Bella, tu eres la única en ver todos esos peros, a mi no me importa, por primera vez quiero hacer algo que realmente deseo y eso es salir contigo y que me conozcas fuera del set, pero entenderé si no quieres exponerte a que te vean conmigo-ahora estaba serio y yo no arruinaría el momento.

-Discúlpame-le pedí suavemente- es solo que tu presencia en mi casa y poder hablar así sin presiones-me encogí de hombros-me hace sentir bien-admití.

-Yo siento lo mismo-respondió.

Fue allí cuando hubo un silencio un poco incómodo, pero en ese momento recordé que su chaqueta ya estaba lista y que por la conversación había olvidado.

-Voy por tu chaqueta-me disculpé y fui por la prenda.

Mientras la sacaba pude oír como Edward caminaba había donde estaba yo, aún así pegué un brinco al verlo en el umbral de la puerta del cuarto.

-No quise asustarte-

-No te preocupes, debe ser que estoy nerviosa-dije mientras le tendía su chaqueta.
-Gracias-la tomó-supongo que esta es una despedida-reconoció.

Yo no quería que se fuera pero Charlie regresaría pronto, él vio mi cara de contradicción.
-Tranquila, vendré por ti mañana-aseguró.

-Esta bien- me balanceé nerviosa sobre mis pies-te acompaño a la puerta-dije mientras señalaba la salida, él comenzó a avanzar y lo seguí.

-Te veré mañana-prometió.

-Aún no puedo creer que quieras salir conmigo-admití recargada en el marco de la puerta, él ya estaba afuera.

-Y yo no puedo creer que aceptaras, después de toda nunca fuiste muy fanática mía-reconoció por su parte.

-Uppss lo siento-hice una pausa y me puse seria, él no comprendió mis intenciones.

Comencé a bailar como porrista y a gritar las letras de su nombre, a penas iba en la A cuando me abrazó riendo interrumpiendo mi patética porra.

-Prefiero a la chica que me pone los pies en la Tierra y me hace sentir alguien común y corriente-dijo mirándome a los ojos.

-Entonces creo que soy la indicada-respondí y de nuevo me sentí aturdida al verlo tan de cerca, otra vez quise besarlo pero no debía hasta saber realmente hacia donde me llevaría todo esto.

Él comprendió sin recordárselo, me besó la mejilla y se alejó un poco, agradecí el gesto.

-Adiós Bella-dijo mientras daba pasitos cortos hacia su auto como si no quisiera irse.

-Recuerda que nos veremos mañana-lo animé, era extraño pero yo tampoco quería que se fuera.
Entonces subió a su auto, observé como se alejaba y cuando lo perdí de vista cerré la puerta, era como si nada hubiera sido real por que…bueno la verdad no sabía la respuesta pero al día siguiente y si todo esto no era un sueño, volvería a verlo.

Esa tarde Charlie llegó a casa muy tarde, me despertó al llegar y le dí de cenar a pesar de estar más dormida que despierta, después de limpiar los platos y recoger la mesa me fui a mi habitación, había demasiadas cosas que pensar.

¿Cómo sería salir con Edward? Si dejábamos de lado que él era un famoso actor seguido a diario por docenas de reporteros y yo una chica que se había desmayado en su premier con una vida común sin chiste, realmente yo no tenía demasiada experiencia con chicos y dudaba seriamente que pudiera resistir besarlo una vez más.
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Alo0!! Bueno estan cerca del final así que para que entretenerlas con un choro jajajaja así que tan solo las dejo con el final de ALFOMBRA ROJA!!!! Atte. YoceCullen grax!

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