miércoles, 25 de julio de 2012

10.-CORAZÓN HAZ LO CORRECTO...mi amado enemigo


POV BELLA

-Claro que lo tiene, quédate aquí, quédate conmigo…-dijo Edward mientras soltaba las bolsas de víveres que traía en las manos y tomándome por sorpresa me tomó en brazos llevándome dentro de la casa mientras la besaba con toda la necesidad contenida todo este tiempo.

Sabía perfectamente cual había sido mi plan original, irme de allí inmediatamente después de haber dejado de cojear, sabía que yo no era más que una responsabilidad para Edward pero la forma en que podía sentirlo tan cerca de mí, sentir su calor y su cuerpo entregándose a lo que ninguno de los dos podíamos negar hizo que perdiera cualquier hilo de pensamiento coherente.

Yo lo amaba incluso aunque no lo recordara y él, bueno se supone que éramos novios y yo debía atraerlo también de esa manera aunque me pareciera tonto que de tantas chicas me hubiera elegido a mí.

Esos fueron mis últimos pensamientos racionales por que mi mente por completo se concentraba en él.

Sabía que él tenía la misma necesidad que yo aunque tratara de ocultarla tras esa máscara de integridad y ética, a la porra la ética me dije lo que importaba era que ahora no habría marcha atrás y tampoco yo permitiría que se alejara así como así, no esta vez.

-Edward…-susurré su nombre mientras me recostaba en el sofá, me miró con los ojos llenos de pasión, al menos no era la única deseando esto.

-¿Estas segura?-preguntó con voz ronca, como si temiera que yo le dijera que no, pero no podría haber momento en el que me sintiera más segura de algo.

Asentí callándolo con un beso.

Podía sentir como su piel quemaba la mía hasta con el más mínimo roce, podía sentir como sus labios acunaban los míos formando el beso más tierno pero a la par el más apasionado, era como si Edward fuese otra persona, y descubrí que también deseaba y quería a esa parte de él, lo quería y deseaba todo para mí.

Creí que el romanticismo quedaría en segundo plano en ese momento de poca cordura, pero Edward me levanto en vilo y me llevó a su habitación, toda ella estaba impregnada de su aroma poniendo así todos mis sentidos alerta y multiplicando el deseo aún más.

Bueno después de eso lo que hicimos no fue precisamente muy ético, pero estaba feliz y me sentía plena, podía sentirlo abrazarme aún con los ojos cerrados fingiendo dormir.

-Bella…-me susurró al oído y aprovechando me mordió la oreja ligeramente, sonreí

-Mmm...-rezongué como una niña que no quiere ir a la escuela, aunque en este caso yo no quería abrir los ojos, los recuerdos me envolvían aún y yo quería aprovechar cada segundo de ellos.

-Te amo-dijo así de repente, tan espontáneo y natural que no pude evitar abrir los ojos y girarme para poder verlo a la cara.

Un nudo en la garganta me impidió poder responderle, quería llorar, reír, eran tantas emociones juntas.

Que él me dijera que me amaba hacía que mi corazón se hinchara de orgullo, de saber que yo también lo amaba y era correspondida, la sensación era inexplicable.

-No llores-me pidió limpiándome una lágrima que se escapó traicionera de mis ojos húmedos de alegría.

-Lo siento-tartamudeé-es que es la primera vez que me lo dices desde que llegué aquí y no sabes como esas dos palabras me hacen sentir.

-Te amo, te amo, te amo…-empezó a decir rápidamente mientras me besaba toda la cara, brazos y manos-y te lo voy a repetir hasta que te canses-agregó terminando en mis labios.

-Y yo a ti-le respondí con nuestros labios rozándose.

Me abracé de Edward y el me acunó suavemente en su pecho, con nuestros cuerpos juntos y sin nada que nos pudiera separar yo no hubiera cambiado nada, no me importaba no recordar quien era mi familia, quienes eran mis amigos, lo único que me importaba ahora era estar con Edward, amarlo hasta lo imposible y quedarme a su lado para siempre.

Por mi nos quedaríamos así todos los días, pero éramos humanos y teníamos que comer.

-Parece que no hay mucho de donde escoger-dijo Edward mirando hacia el desastre del día anterior, hacia todos los víveres regados por el suelo, los huevos se habían roto, la leche se había derramado, las galletas se habían hecho moronas, y todo el resto parecía estar en las mismas condiciones.

-Mas bien no hay nada que escoger-corregí.

-Tienes razón, ¿te parece si salgo a buscar algo? preguntó con una sonrisa torcida, en ese momento hubiera aceptado comer cualquier cosa si él me lo hubiera pedido.

-Claro-respondí sonriendo pero luego dudé-pero no vayas muy lejos.

Edward se rió suavemente

-Yo tampoco podría estar lejos de ti por mucho tiempo-dijo y me besó de nuevo.

Después de eso Edward y yo nos vestimos rápido, él tomó las llaves de su auto y dándome un beso en la frente se fue.

Quise darle una linda sorpresa a Edward pero no se me ocurrió nada lo bastante bueno o lo bastante original así que me limité a limpiar el desastre de galletas y leche en el suelo y a dar vueltas por la casa impaciente por que llegara y estuviera conmigo otra vez.

Pero de repente una fotografía sobre un pequeño escritorio me llamó la atención, era un hombre ya un poco mayor, de ojos cafés, cabello castaño y rizado, uniformado de policía.

Me detuve a observar detalladamente aquella imagen, me dio la sensación de tener que saber algo sobre aquél hombre pero no pude recordar nada.

También había un disco de audio, no lo pude evitar, la curiosidad era demasiada así que volteé hacia todos lados en busca de un estéreo o algo donde pudiera reproducirlo, pero no encontré nada salvo la laptop en el cuarto de Edward, era justo lo que necesitaba.

Era de esas computadoras modernas y por lo tanto rápidas, encendió fácilmente pero tenía clave de acceso, probé con números al azar pero me di por vencida, era obvio que no acertaría nunca.

Oí el suave ronroneo del auto de Edward acercándose a la casa, rápidamente cerré la computadora, tomé el disco y lo aventé a donde estaba, me acerqué a la puerta y abrí, allí estaba la persona que más amaba y en la que más podía confiar mi vida.

-¿Pizza?-pregunté en cuanto vi las dos cajas blancas que traía en las manos.

-¿No te gusta?-preguntó angustiado.

-Claro que me gusta, solo que me extrañó que no la pidieras a domicilio-

-No sabía que traer de comer, dí varias vueltas por el pueblo y finalmente me decidí por la pizza, no era algo planeado-respondió mientras colocaba una rebanada de pizza en cada plato.

-Pizza me parece perfecto-dije triunfal, tenía que admitir que tenía ya bastante hambre.

Nos acurrucamos en el sofá y encendimos el televisor, había una buena película de una comedia romántica, yo me recargué en él mientras mordisqueaba mi pedazo de pizza, el comía la suya y aunque sentía su mirada sobre mí yo mantuve los ojos fijos en la película, sabía que voltearlo a ver me haría perder el hilo de mis pensamientos, me limité a comer.

-¿Quieres más?-ofreció en cuanto mi plato estuvo vacío.

-No gracias, creo que ya comí demasiado-me levanté del sofá y también recogí su plato y los llevé al fregadero.

-No los laves ahora-me dijo mientras me rodeaba la cintura con los brazos, me hizo soltar los platos por la sorpresa.

-De acuerdo…-bostecé olvidando que le iba a decir.

-Ven-me pidió tomándome de la mano en dirección de nuevo al sofá.

-No quiero dormir-protesté

Edward se quedó en silencio y comenzó a frotarme la espalda como a un bebé, no tardé mucho en acurrucarme y en que los ojos comenzaran a pesarme hasta quedar totalmente dormida.

POV EDWARD

Allí en el sofá con Bella en brazos, protegida por mí y entregado en corazón y alma a ella no podía pedir nada más.

Recordé como la desesperación de verla casi marcharse, de que se alejara de mí había a sacado a flote los sentimientos que yo luchaba por mantener enterrados, pero no pude hacerlo por mucho más tiempo, la amaba, me había enamorado de la verdadera Isabella Swan y estaba dispuesto a todo con tal de hacerla feliz.

Por fin ella era mía y yo de ella en todos los sentidos, su piel y su forma de amar me ataban más a ella irremediablemente.

Ahora ya era tiempo de hacer bien las cosas, quizá podría arreglar las cosas con Charlie de otra manera si le explicaba lo que había sucedido, aunque quizá explicarle que estaba enamorado de su hija después de haberla orillado a cortarse las muñecas no era nada sencillo.

Pero había otro asunto mucho más urgente, decirle la verdad a Bella, confesarle con el corazón en la mano que la había secuestrado para poder recuperar a mi hermano por la culpa de Charlie, claro que no era fácil y mucho menos después de haber estado juntos de todas las maneras posibles.

Ahora aprovechando que Bella dormía la dejé suavemente sobre el sofá y yendo hacia mi habitación, marqué el número de la casa de Charlie desde mi celular, no me importaba si reconocía el número.

-Diga-contestó una voz ronca, débil y triste.

-Charlie, tenemos que hablar, es sobre Bella-dije yendo directamente al grano.

-¿Qué pasa? ¿Qué le hiciste a mi hija?-preguntó furioso y alterado, me costó trabajo que se calmara pero al final lo logré.

-Escúchame Charlie, hay cosas muy importantes acerca de ella, te juro con mi vida que no le haré daño pero necesito explicarte la cosas personalmente-le dije esperando que aceptara verme.

-¿Cómo eres capaz de decirme eso después de haberla secuestrado?-preguntó él realmente confundido.

-De eso quiero hablar contigo, prometo que no busco pelea-suspiré-después de lo que me dijiste la última vez pensé las cosas, pero lo que te tengo que decir no es para hablarlo por teléfono.

-De acuerdo, ven a mi casa ahora y hablemos-dijo cortante, acepté, era mi oportunidad, por experiencia sabía que Bella dormía profundamente y por lo menos tenía una hora para ir a hablar con él y regresar antes de que ella pudiera despertar, de cualquier manera podría poner alguna excusa.

-Te veré en 10 minutos-dijo Charlie y colgó.

Sabía que llegaría a su casa en solo la mitad del tiempo así que me dispuse a borrar todos los archivos relacionados con Charlie y con Bella, encendí la computadora y cuando estaba a punto de hacer lo que me proponía oí como ella se acercaba, cerré la computadora de golpe y salté actuando natural para que ella no sospechara nada

-Primero me haces caer rendida y luego me dejas y te vas-reclamó bromeando, me acerqué y la abracé.

-Solo venía a buscar unas cosas, un amigo me habló de urgencia y debo ir con él, espero no tardar mucho-me excusé, Bella me puso mala cara, la cual resultaba tremendamente irresistible, lo cual me impulsó aún más a terminar lo que había empezado.

-¿No puedo acompañarte?-preguntó

-Lo siento amor pero es algo delicado-torcí el gesto, odiaba decirle que no a cualquier cosa que quisiera pero primero debía arreglar las cosas.


-Oh, no te preocupes-me sonrió tratando de ocultar su desilusión por no dejarla acompañarme-espero el problema de tu amigo se solucione y que llegues pronto y podamos hacer algo.

-Por supuesto cielo, prometo no tardar-le dije antes de salir.

Mientras me alejaba en el auto podía sentir aún más fuerte la presión de hacer lo correcto con Bella, pero primero debía de asegurarme que Charlie no haría algo estúpido en contra de mi hermano o de mi familia, aunque esta vez no la pondría a ella de por medio.

En el camino fui pensando en como decirle a Charlie toda la verdad, lo cual sería difícil pero no habría comparación con lo complicado que sería decirle la verdad a Bella.

El trayecto duró poco, la urgencia me hizo llegar más rápido.

-Pasa-dijo Charlie en cuanto abrió la puerta, el pobre estaba aún más gastado que la última vez que lo había visto ya ni siquiera haciendo el intento de atacarme.

Y como me dijo pase a su casa, él se sentó y yo me quedé de pie.

-Charlie, como te dije por teléfono, hay varias cosas sobre Bella que debes saber-comencé y al ver que no me interrumpía continué.

-Ella intentó suicidarse…-solté así como así, obviamente Charlie se alteró.

-¿¡Como!?-jadeó-¿Qué le hiciste? Ella…-Charlie comenzó agresivo pero al darse cuenta del significado de mis palabras relajo el tono.

-Tranquilo, ella está bien, la llevé al hospital y se recuperó rápidamente pero hay algo que debes saber y que después de que tú lo sepas se lo diré a ella-expliqué.

-Dilo ya, haz lo que quieras pero dame ya a mi hija-suplicó.

-Bella perdió la memoria después de su accidente, yo no sabía que hacer sin poner en riesgo mi libertad así que le dije que yo era su novio y ella me creyó-su expresión era de puro odio pero continué-después de todo este tiempo ella, bueno se ha enamorado de mi y yo de ella-confesé.

-¡Tu no te puedes enamorar de mi hija! No después de todo el daño que le haz hecho y ella no te ama a ti, piensa que te quiere por que no recuerda quien eres, en cuanto lo sepa te odiará como yo-gruñó.

-Y es por eso que quiero decirle la verdad, si Bella después de saber lo que le hice ya no quiere estar conmigo lo aceptaré pero si ella quiere estar conmigo, bueno, desearía que lo aceptaras-bueno al menos debía intentarlo.

-¿Estas loco?-gritó-Claro que nunca aceptaré eso.
-No puedo reprocharte eso, me siento culpable por todo lo que ella ha tenido que pasar y por eso de cualquier manera después de explicarle lo que pasó la dejaré libre-al decir esto los ojos de Charlie volvieron a brillar, pero aún no terminaba ahí.

-Yo…-tartamudeó por la sorpresa.

-Pero lo único que pido a cambio es que busques la forma de liberar a mi hermano, tú sabes que él no es el responsable del asesinato del que lo acusan-condicioné con voz firme.

-Sabes que yo no puedo hacer eso, no ahora después de tanto tiempo-

-No temas Charlie, de cualquier manera la dejaré libre pero solo pido que lo intentes y que pienses si después de tener a Bella segura quieres acusarme de secuestro o alguna otra cosa-pedí.

-Lo haré, pero no puedo asegurarte algo-admitió.

-¿Qué?-

-No puedo asegurar que ella no te acuse, esa será su decisión y si elige llevarte con la policía yo no me opondré y eso es lo máximo que puedo ofrecer-

-Es suficiente-acepté, después de todo tenía razón, Bella no tendría por que estar condicionada, yo al final de cuentas le había quitado la libertad.

Después de eso me fui, estaba confundido pero con un peso menos sobre mis hombros.

Sabía que debía decirle la verdad pero no quería hacerlo, ¿y si me escapaba con ella? No, ya lo había prometido y sabía también los riesgos que suponía el ser honesto, Bella bien podría acusarme de secuestro y lo tenía bastante presente, Charlie no me acusaría pero de ella no estaba seguro.

Llegué a casa y allí estaba ella, la chica que muy pronto terminaría odiándome aunque yo deseara con todas mis fuerzas que no fuera así.

-Hola amor-saludé mientras me acercaba, ella dio un paso hacia atrás sonriendo a medias.

-¿Qué sucede?-le pregunté extrañado, pero ella no me contestó, sentí como mi estómago se anudaba, un mal presentimiento crecía dentro de mí.

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Alo0!! Bueno se que quizá después de tanto tiempo no esté tan bueno el cap, quizá los decepcione pero es que era algo inevitable, después de este cap solo dos más y llegaré al fin de Mi Amado Enemigo, así que continúen leyendo si les gusta la historia y gracias por quienes la siguen =) les dejo un beso y un abrazo, atte. YoceCullen.

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